La relación simbiótica de hongos y plantas se basa en leyes económicas bajo las cuales el intercambio de nutrientes entre ellos es a un ritmo variable.
La mayoría de las plantas terrestres viven en simbiosis con hongos, con una duración de más de 400 millones. Al mismo tiempo, el micelio de los hongos y las raíces de las plantas se penetran entre sí, suministrándose nutrientes de origen orgánico y mineral.
En la revista Current Biology, se publicó un artículo científico en el que los autores describieron en detalle el proceso de simbiosis, estableciendo una analogía entre las leyes de la economía.
Por ejemplo, se estudió el transporte de fósforo dentro de las micorrizas arbusculares de hongos del género Rhizophagus irregularis y zanahorias. Sus hongos tienen la capacidad de penetrar las células de un compañero simbiótico.
Para realizar estos estudios, se tomó una placa de Petri con tierra y fósforo, dividida en 3 partes iguales. Cada uno de ellos estaba marcado con marcadores. Al mismo tiempo, se permitió que el micelio del hongo se estirara, penetrando en otras copas.
Los científicos se reservan el derecho de regular la cantidad de fósforo en las tazas. Gracias a esto, tienen la oportunidad de determinar cómo esto afectará el estado de los hongos. Como resultado de esto, fue posible establecer que, con una distribución desigual del fósforo en diferentes lugares de la placa de Petri, después de algún tiempo el mineral se movió suavemente en el espacio de la copa, reponiendo su cantidad en las áreas faltantes. La falta de fósforo activó el proceso de su retorno por la planta, lo que condujo a la activación del proceso de crecimiento del hongo.
Estos estudios han demostrado que ambos socios aprovechan el déficit, con la capacidad de controlarlo y regularlo. Este proceso es mutuamente beneficioso para ambos socios, que utilizan en caso de inanición mineral.